viernes, 23 de agosto de 2013

CG: Aventuras y desventuras de una chica con curvas glamourosas de compras.


-Advertencia: este es un post sin imágenes bonitas y un poco largo pero real como la vida.     ¡Hazte un café! -


Hace unas semanas entraba en una de mis tiendas "favoritas" para comprar básicos, tienda que suelo recomendar a amigas, conocidas y también a mis clientas como personal shopper. Aclararé que es una tienda que talla desde la 38 a la 54 por lo que aun me gusta más.

Iba  a acompañar a una amiga, que viene de vez en cuando, expresamente para visitar esta tienda y reponer su armario de básicos a buen precio y con una calidad más que decente.  Dicho sea de paso, a esta amiga fuí yo quien le descubrí la tienda y ha estado encantada siempre con ella.

La tienda suele estar siempre atendida por una maravillosa dependienta que no teniendo una talla grande tiene una vista maravillosa para asesorar a quien si la lleva, no solo eso sino que su tacto, su educación y su carácter siempre alegre hacen que siempre, siempre salgas de la tienda con una sensación muy grata.  Pero desgraciadamente, la dueña es de otro material, ella no suele estar nunca en tienda salvo cuando da vacaciones a su empleada y cuando, por desgracia, suelen darse situaciones más que incómodas. 

El año pasado tuve mi primer encontronazo con la dueña de la tienda. Era verano e iba a comprarme un vestido que había visto en temporada y que estaba bastante rebajado, ni si quiera tenía que probar, solo coger pagar y... ¡mío! La cuestión es que cuando fuí a pagar la dueña pasó con desgana mi tarjeta un par de veces y con bastante desaire dijo que le daba un error era raro justo había pagado en otro comercio y posteriormente saqué dinero en el cajero sin mayor problema, pero no le dí más vueltas, ¡son cosas que pasan y quizás, ella estaba cansada! Así que decidí pagar con dinero efectivo, usando un billete que justo me habían dado, recién salido del banco, planchadito impoluto. Le ofrezco el billete y comienza a mirarlo con mala cara, a darle vueltas, ponerlo a contraluz... y finalmente me dice que no se fía de mí que parece un billete falso y que no me lo va a coger. Me quedé perpleja, enfadada y disgustada pq como clienta habitual de la tienda no esperaba un trato así. Le insisto en que el billete acaba de salir del banco, que es un billete en curso legal... pero ella cada vez de peores modos me dice que no, que no me va a coger el billete. Así que sin más, me canso y me voy de la tienda tan confusa que no soy capaz de contestarle.

Pasó mucho tiempo antes de que volviese a la tienda y si volví fue por la maravillosa dependienta que una vez le conté lo sucedido no solo me ofreció el libro de reclamaciones sino que me insistió en que no era la primera persona que tenía un problema con ella. Que de hecho había gente que no iba cuando estaba la dueña atendiendo pq había tenido contratiempos similares.  Hablando con ella decidí que volvería siempre y cuando no estuviese dicha señora pues me incomodaba la situación. 

Todo volvió a la normalidad y yo seguí enviándoles clientas y conocidas que necesitaban comprar prendas básicas (vaqueros, blusas, camisetas, vestidinos...) y que no sabían donde acudir. De hecho, de vez en cuando iba a comprar y la dependienta me agradecía mucho que le enviase gente y me hablaba de las chicas que habían ido de mi parte y se habían quedado muy contentas con sus compras.

Aclarado todo esto, os recuerdo que como os conté al ppio, volví este verano para acompañar a una amiga a comprarse vaqueros. Cuando llegamos a la tienda me dí cuenta de que era la dueña quien estaba atendiendo pero no quise darle mayor importancia, pensé que un mal día lo teníamos todos y que yo no tenía pq dejar de entrar en ningún lado además, iba a acompañar a mi amiga y me fastidiaba mucho que ella no entrase a comprar lo que quisiese.

Entramos en la tienda y mi amiga se fué al probador con varias prendas. Yo me quedé echando un vistazo y viendo las rebajas y la nueva colección, mi intención no era probar nada pues aun tenía el esguince muy reciente, iba con muletas y resultaba muy, muy incómodo.

Pero de pronto encontré una blusa que había probado en temporada y me gustaba muy rebajada, así que me decidí a volver a probarla y llevármela si aun me seguía gustando. Cogí la blusa y otra camisetita para probar y cuando me dirigía al probador oigo que la dueña se dirige a mí y me dice con tono seco y cierto retintín: "Esa no te la pruebes, no te va a servir pq me queda a mí justa. Si quieres hay cosas mucho más anchas que igual te valen..." 

Posé la camisa en la percha que estaba y le conteste a la vez: " Lo siento pero no me interesa otra cosa y, ahora, tampoco me interesa la blusa" 

Ella insisitó: "Yo te lo digo pq no te va a servir... es pequeña para tí..." Esto con un tono hiriente y mirándome de arriba a abajo. 

En estas mi amiga salió del probador, la pobre no se había enterado de nada y yo le dije que nos fuésemos que ya había tenido otro contratiempo. 

Cuando salimos de la tienda, a mi paso pq iba con las muletas, mi amiga me pregunta que me había pasado y cuando me pongo a contárselo justo en la calle fuera de la tienda, la dueña de la tienda me escucha y sale detrás de mí increpándome. 

Ahí, mi enfado fué en aumento y le dije que era la segunda vez que tenía una falta de respeto conmigo y que desde luego, no iba a consentir que llegase a una tercera. Que yo decidía si quería probarme la camisa o no pero que desde luego ella no tenía pq ser tan descaradamente irrespetuosa. 

Insistió con que ella no me había faltado más veces al respeto hasta que le refresque la memoria y entonces entre risitas irónicas me dijo que claro, que ese era otro tema y que si yo le daba un billete falso era ella la que tenía un problema... ¡madre del amor hermoso, ni que yo tuviese cara de ladrona o algo así!

Zanjé el tema, le dije que a pesar de que tenía una maravillosa dependienta y trabajadora que hacía su trabajo de una forma impecable y que para nada ella se la merecía, no pensaba volver más a la tienda, recomendarla a más conocidas ni mucho menos llevarle más clientas a comprar medio fondo de armario en su tienda, que el tema se había acabado y que no teníamos nada más que hablar.

El tema se quedó así, lo comenté en facebook en su momento e incluso llegué a pensar en escribirles a la franquicia, pues no es que solo les enviase gente a esta tienda sino que también les mande a la tienda de Madrid.  El tema suscitó polémica y hubo quien me dijo que la actuación de la dueña había sido correcta y que yo solo quería cargarme un negocio más. ¿Realmente pensáis eso? Si hubiese tenido tan mala intención no habría llevado a gente a conocer la tienda, no habría vuelto después del primer incidente y posteriormente al segundo habría enviado una queja a la sede central. 

Lo triste de todo es que haya quien piense que estas cosas son normales, que debemos callar y consentir en modo "borreguil" pero no... tenemos derecho a decir que NO estamos conformes con el trato recibido, siempre que lo hagamos de una forma educada y correcta. 

Realmente no me importó que me dijese que la camisa era pequeña para mí aunque yo supiese que me servía pq ya la había probado. Esto era el menor de los males, pero me fastidió mucho el trato que tuvo para conmigo, el poco respeto... ¿Ella sabía si la camisa era para mí? ¿Si la quería regalar? ¿O si me gustaba coleccionarlas para hacerlas turbantes y ponérmelas en la cabeza?  

En realidad, no se pq pero tengo la sensación de que era algo personal conmigo, quizás yo no le gusté, no le entré por el ojo y este segundo ataque, lo encuentro totalmente gratuito. Si todo se hubiese quedado en la conversación dentro de la tienda, me parece perfecto pero ella no era nadie para salir a increparme a la calle en la forma en la que lo hizo. 

Lo que me sigue fastidiando de estas cosas es el poco respeto, la falta de educación y el "no saber vender", yo jamás le diría a una clienta de esa forma que algo no le vale, si le gusta algo ¡que se lo pruebe! y si luego no le va, siempre puedes, amablemente, ofrecerle alternativas que crees que le pueden gustar e ir mejor. 

Es muy, muy triste que una tienda de estas características pierda clientela porque su dueña no sabe comportarse cuando estoy segura de que las clientas de "talla grande" somos fieles y cuando encontramos un lugar donde nos encontramos a gusto y localizamos las prendas que necesitamos, volvemos una y otra vez. 

A pesar de ser una de mis tiendas preferidas, he decido dejar de ir y de aconsejarla pq creo que el respeto y la educación son elementales en esta vida y prefiero "perder" un sitio donde comprar que tener que aguantar la falta de valores que para mí son fundamentales.

¿Has vivido alguna situación similar? ¿Qué opinas de mi experiencia? ¿Crees que debería haber hablado con la franquicia?

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