jueves, 12 de febrero de 2015

El porqué, un post quizás demasiado personal.




Me lo he propuesto, lo he dicho, lo he intentado y así unas mí veces (o mil una) he vuelto a "caer" y no conseguir retomar el blog. No voy a disculparme por ello, creo que no es necesario y quienes me conocéis ya un poquito de todos estos años por aquí, sabéis que los últimos meses han sido de mucho trabajo, esfuerzo, ilusiones... ¡y poco tiempo! 



Fall in Style ha crecido, ha evolucionado y ha cambiado; la esencia se mantiene y así quiero que siga siendo pero desde luego era necesario dar pasitos, avanzar.

Fall in Style me acompaña desde hace mucho, aunque su nombre ha ido evolucionando y también la forma en que estaba presente en el mundo 2.0  Pero siempre he dicho lo mismo, Fall (para los cercanos) ha sido mi salvavidas constante. Siendo ese compañero de "evasión" durante los últimos años de estudios, donde la informática, la lógica matemática y las horas de programación requerían un desahogo, un momento de fluir, de dejarse ir y olvidarse de esa parte tan técnica para soñar en un mundo mucho más creativo. Después, como el tiempo, se convirtió en el compañero de aquellos primeros trabajos como profesora que con tanto cariño atesoro y finalmente tras una horrible experiencia dentro de las agencias de marketing online decidí tomar las riendas, coger el toro por los cuernos y luchar firmemente por sacar adelante este proyeto personal tan mío, tan querido y que definitivamente, se merecía todo mi esfuerzo pues siempre había tenido la sensación de que me había aportado más a mí que yo a él.




Así que con ilusión, me enfrenté al sueño de intentar convertir algo que hasta entonces era un hobby en algo más; en mi trabajo, en una forma de vida. Asumiendo responsabilidades, riesgos, venciendo miedos y luchando sin descanso durante interminables horas.

Poco a poco el esfuerzo comenzó a dar frutos, Fall in Style crecía a pasitos pequeñitos y sobre todo, conseguía ganarme el respeto "laboral" de mi entorno más cercano que en un principio no dejaban de ver toda esta "preciosa locura" como eso, una locura, un hobby, algo temporal.

El año pasado daba un paso más y convertía Fall in Style en una empresa legalmente constituida, con todos sus papeleos, sus altas correspondientes y esas parte burocrática que a veces da miedo. Os confesaré que fué un arrebato, un día me planté y al día siguiente había hecho el alta.


Cuando, gracias a esa estrellita que me cuida desde el cielo todo cuadró, los números salieron y trabajar en casa empezaba a ser agobiante y casi imposible... llegó el momento del siguiente paso, el que estáis conociendo ahora; buscar un pequeño despacho donde poder trabajar comodamente, donde poder seguir esforzándome, creciendo y luchando día a día en un mundo laboral duro q ninguno de nuestros padres se imaginaba para nosotros.


Anecdóticamente os contaré que este despacho antes pertenecía a las oficinas de Mapfre-Finisterre, donde tuve mi primer trabajo con 18 añitos, justo al mudarme a Mieres. ¿Casualidad?




Así que aquí estoy, haciendo compañía al técnico de telefónica mientras me hace mi primera instalación de teléfono, ¡con número propio y hasta adsl! Sé que muchos leerán esto y les sonará a tontería, pero yo soy de esa clase de personas que se ilusiona con los pequeños pasos, que vive el día a día y da gracias por poder avanzar aunque sea un milímetro día. Y es que hace unos años, exactamente  4  y casi un mes, la vida me enseño que un día estamos aquí y al siguiente no lo sabemos, así que hay q vivir disfrutando, disfrutar con alegría, luchar sin miedo, enamorarse de lo que uno hace, valorar las pequeñas cosas, enfadarse menos, sonreir más  y sobre todo, intentar buscar la felicidad en cada pequeño momento.

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